jueves, 13 de diciembre de 2012

26 AÑOS ATRÁS EL RALLY MUNDIAL CANCELABA SU MÁXIMA EXPRESIÓN: EL GRUPO B

El 7 de diciembre de 1986, en un país sin historia de rally y sin amor por el rally, Markku Allen ganaba el Olympus en Washington y se consagraba por pocos días Campeón del Mundo.

Con la Delta S4 doblegaba al Peugeot 205 T16 de Juha Kankkunen que mantenía sus esperanzas en una apelación que se decidiría en el ámbito de una Fia dominada por el nacionalismo de Jean Marie Balestre.


Las polleritas de los 205 habían sido objetadas en SanRemo tras la denuncia de Lancia y el final definiría la corona con la filosofía del gobierno: 
el SanRemo fue anulado como si no se hubiera corrido y con ello, Kankkunen fue el mejor de la última temporada por 14 puntos.

Con el futuro jugado en emergencia hacia los Grupo S -más peso y menor potencia- por unos días el espectáculo que ponía en aprietos a la F1, parecía estár garantido.


Pero el rally de oro, tambièn tuvo que sufrir los embates de la lucha ingleses contra franceses fuera de los caminos... en el ámbito menos transparente y donde todo vale: el gobierno mundial del automovilismo.


Los británicos Mosley y Ecclestone lograron fácilmente excluír a Balestre y con ello, también abortaron la sucesión de los Grupo B... porque el negocio propio pasaba por la F1, por sus derechos comerciales, las provisiones e incluso los circuitos y los propios equipos.


La injusticia más grande en el automovilismo se cumplía en forma perfecta, para dejar terreno propicio a las ambiciones personales.


Quedaron así construídos y listos para asumir la temporada, prototipos de todas las terminales que en el Grupo B, habían encontrado un suceso espectacular para sus marcas.


Rotundamente se varió el rumbo hacia los Grupo A, que por la potencialidad adquirida con su predecesora, mantuvieron un nivel de espectáculo gracias a la calidad de la generación de pilotos activos.


La década se sostuvo en esas condiciones hasta que el nuevo siglo, puso en evidencia que tanto negocio infame, había vaciado a la categoría... dejando el rally que hoy tenemos y diezmando las expectativas de fábricas, pilotos y público.


Hoy esa penosa realidad, es una bofetada a los nacionalismos exacerbados que muestran a Citroen y Ford como equipos de emiratos poderosos, una verdad que ahora no saben como esconder y pretenden disimular como apoyos publicitarios. 






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