Luego de vencer en el rally de Marruecos, el piloto Eric Vigouroux regresa entusiasmado al Dakar tras la posición 13 conseguida en la versión 2009, con la Hummer confiada por Robby Gordon.
Ahora a bordo de su Trophy Truck, retorna a Sudamérica confiado en llegar a la meta en Santiago de Chile en el Top 10 de esta dura prueba.
Es imprevisible y también es una de sus fuerzas. Hace tres meses, la idea del regreso de Eric Vigouroux era aún una hipótesis poco creíble. Fue antes del Rally de Marruecos y una semana de carrera inesperada y victoriosa cambiaron todos sus planes.
“Hicimos una carrera excepcional, es lo mejor de mi carrera. Vencer a los Mini y los Toyota en la regular es una muy buena operación. Nosotros mismos nos quedamos sorprendidos. Luego me alentaron a inscribirme en el Dakar, y no hizo falta empujarme mucho”. mencionaba Vigouroux.
Lo que inició este estado de euforia en el piloto del Trophy Truck, no es la alegría de reencontrarse con el Dakar y sus bivouacs, sino la perspectiva de jugar los primeros roles en la carrera más importante del mundo.
“Durante algunos años, la dominación de los Volkswagen me había disuadido ya que era muy difícil hacerse un lugar con los medios que teníamos. Pero ahora el juego está mucho más abierto, analiza Vigouroux. No podemos decir que los mejores pilotos estaban presentes en Marruecos, porque Peterhansel no estaba, pero pudimos hacer un juego igual con los autos más competentes. Entonces si no termino dentro del Top 10, me voy a decepcionar. Luego intentaré acercarme al podio. Pero también hay que ser humilde frente a todo lo que puede pasar en un Dakar”. Agregaba.
La ambición de la humildad, para el regreso más esperado del año, es también una actitud que quiere cultivar fuera de las pistas. Es por esto que invitó a la asociación Hands United for Children a estar presentes en la carrocería de todos los vehículos de su equipo. Para que los objetivos se fijen en ellos, sería necesario hacer la carrera dentro de los primeros.
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